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PERDERSE
Hay momentos en la vida donde la mejor forma de ENCONTRARSE, es PERDERSE.
Cuando el mundo, lo que nos rodea o nuestros pensamientos nos marean, cuando no nos reconocemos, cuando esa sensación de molestia, de incomodidad, de vacío inexplicable, que aunque queramos hacer que no existe, nos tira de las entrañas para recordarnos que está ahí y seguirá estando hasta que lo tomemos en cuenta, se va apoderando de nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestros pensamientos; es porque ha llegado el momento de comenzar a buscar el camino de regreso a casa, de regreso a nuestra raíz, a lo que SOMOS.
Nos cuesta decidirnos buscar ese camino, ponemos excusas, nos da miedo, nos paraliza, nos angustia sentirnos sin un piso firme donde pisar, sentirnos como una pluma que el viento maneja y eleva a su antojo, sentirnos un grano de arena en medio de esta inmensidad, sentir que lo que creímos absoluto, ya no lo es, sentir que apostaste por algo que no resultó como pensabas, sentir que algunas decisiones que tomaste no fueron las correctas, nos aterra salir de nuestra zona de confort, fracasar o equivocarnos.
Pero al contrario de lo que podríamos pensar, todas esas sensaciones nos van marcando faros de guía para comenzar con los CAMBIOS, nos están empujando a dejar de hacer solo por hacer, dejar de repetir días, dejar lo que nos pesa y lo que nos ata a una sensación de seguridad, que en realidad no es para nada segura, para respirar profundo y atrevernos, estar dispuestos a mirarnos y reconocer en nuestro interior el deseo de buscar un nuevo camino. Porque parte de la vida es eso, una continua búsqueda, recorrer diferentes caminos para encontrar aquellos que nos hagan sentir bien, admirar el paisaje, descubrir otros y descubrirnos a nosotros mismos; y desde ese camino recorrido, decidir si quiero seguir avanzando o buscar otro que me haga sentir que estoy en casa.
Porque en la vida, hay pocas cosas absolutas, y tiene esa picardía de llevarnos por caminos insospechados, confundirnos y, por que no, sorprendernos. Pero debemos avanzar, y si tenemos miedo, avanzar con ese miedo, pero AVANZAR.
No está mal equivocarse, no está mal dudar de lo que nos han enseñado, no está mal querer probar cosas nuevas.
Es AHORA, solo AVANZA!!!
ESCLAVOS DEL TIEMPO
Tan relativo es el tiempo, que no lo logro entender.
¿Cómo puede ser que un minuto a veces nos parezca mucho y otras veces insuficiente?
¿Por qué a veces solo queremos que el día pase lo más rápido posible, y los minutos se nos hacen eternos, pegajosos, insoportables, incluso d
olorosos?, por el contrario, en otras oportunidades, lo único que deseamos es que el tiempo se detenga, ¡que todo pare YA!, y el presente se inmortalice, mientras los segundos se nos escapan entre los dedos, condenándonos a finales inevitables.
¿Qué es lo que realmente marca la diferencia?
Vivimos ESCLAVOS DEL TIEMPO, queriendo más o menos, nunca conformándonos, olvidándonos de disfrutar del AHORA. Insistimos en medir, controlar, en encasillar, en igualar los tiempos, sin entender que nuestra mente, nuestro corazón, todo en nosotros tiene ritmo propio y sólo hay que dejarse fluir.
Dejamos las cosas “para después”, para “algún día”, para “cuando nos quede tiempo”. Aprendamos que ese tiempo es HOY, que en realidad no queda tiempo, que el presente se aprovecha y que quizás si no es ahora, puede que el tiempo finalmente nos gane.
¿Qué harás tú con tu tiempo?
Con cariño,
Vale